Los incas siguen sorprendiendo al mundo pese a que su civilización floreció hace cientos de años. Sorprenden los vestigios de su rica cultura que han quedado para la posteridad y pueden ser apreciados a través de su arquitectura y algunas esculturas, textiles, entre otros.
La cosmovisión incaica era una visión holística del mundo, que consideraba que todo estaba conectado entre sí. Para los incas, el universo estaba dividido en tres mundos: el Hanan Pacha (mundo de arriba), el Kay Pacha (mundo de aquí) y el Uku Pacha (mundo de abajo).
El Palacio de Justicia de Lima refleja esta cosmovisión, ya que está construido en forma de un triángulo equilátero. El triángulo es una figura geométrica que representa la unidad y la armonía, y que también se asocia con el cosmos.
Los antiguos incas tenían una cosmovisión que se caracterizaba por una profunda conexión con la naturaleza. Para ellos, el mundo era un lugar sagrado, lleno de vida y energía.
En el caso de los incas, su cosmovisión se basaba en la creencia de que todo estaba conectado. El mundo natural, los seres humanos y los dioses eran parte de una misma unidad.
Esta creencia se reflejaba en la forma en que los incas interactuaban con el mundo que les rodeaba. Respetaban la naturaleza y la consideraban una fuente de vida y sabiduría.
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